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    TARANIS, EL BRUJO CELESTE

    EL MITO

    Taranis es un dios principal de la mitología celta, también llamado el atronador cuyo culto se desarrolló sobre todo en la Galia, el país de los astures y la Bretaña romana.

    Era el dios estruendoso, del trueno, la luz y el cielo, la rueda cósmica que simboliza el ritmo de las noches y de los días, el universo en su globalidad, la noción de infinito. Representa el ruido, la destrucción, la fuerza sobrenatural de las tormentas. Su nombre refleja todo ese simbolismo, protector de la tribu y dios guerrero, representado como un hombre con barba a pie o montado caballo, portando en una mano un rayo o una rueda, o en ocasiones ambas cosas.

    Los druidas le dedicaban sacrificios para calmar su ira, en ocasiones prisioneros de guerra que eran inmolados en una pira como evidenció el poeta romano Marco Anneo Lucano en su obra inacabada Farsalia, ya que sus creencias atribuían a Taranis las tempestades y las tormentas, pudiendo “hacer caer el cielo sobre sus cabezas”.

    Se le atribuye además el nacimiento del muérdago mediante un rayo que cae en la rama de un roble, pasando a representar la unión entre el cielo y la tierra.

    Su nombre proviene de taran, trueno, y podría asemejarse con Thor, de la mitología nórdica, o Júpiter, de la romana.

    LA VERDAD TRAS LA LEYENDA

    Taranis‘ fue un brujo de gran poder que vivió hace varios siglos. Se dice que inicialmente descubrió las dotes de la magia para proteger su aldea de un ataque de bandidos, pero se perdieron vidas y decidió buscar más poder, para continuar protegiendo a los que lo necesitasen.

    Las historias de sus viajes se conocen a retazos, pero sus hazañas no pueden ser nombradas todas aquí. El hecho es que volvió a su tierra con mujer e hijos, y demostrando un gran poder, siendo capaz de controlar las tormentas, entre otras cosas.

    Con su poder su pueblo creció hasta convertirse en una villa acomodada. Como todo, el poder, la riqueza y el bienestar se granjean enemigos, y pronto un señor vampiro y su nido fueron a atacar y apropiarse de su villa.

    Esta vez ‘Taranis‘ tenía mucho poder, y le gustaba su superioridad. Invocó una poderosa tormenta cuya lluvia amedrentó a los vampiros, cuyo viento les desestabilizó, cuyo granizo les golpeó, cuyos truenos espantaron a los demonios más salvajes y cuyos rayos les fulminaron.

    Fue entonces, al terminar la refriega, con todo el contigente enemigo acabado, cuando vio que la tormenta no solo había devastado al enemigo, si no que también se había cobrado víctimas en la gente del pueblo. Casas en llamas, cosechas arruinadas y gente muerta por innumerables circunstancias, entre ellos, su mujer y uno de sus hijos.

    Destrozado, ‘Taranis‘ dejó todo atrás y emprendió de nuevo un viaje de redención. Con los conocimientos que había reunido, encontró a uno de los Oráculos y pidió servir a los Daesdi, que le hicieron Guardián de la Tormenta. Y en el Axis Mundi, en un acantilado cerca de un bosque, desde el que se ve una pequeña villa abajo, espera a su Daë.

    LA PRUEBA

    Diana protegió a Cara de la tormenta de Taranis y de su propia ansia de magia y se convirtió en Daë de la Tormenta.

    DIANA ECHOLLS

    CARA ELLE ARKKAN

    LIBRO

    APHRODITE LAWSON

    HIROSHI SATO

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