Razivia se convirtió muy joven en la emperatriz de su mundo tras nacer con amplias habilidades mágicas y sobrenaturales. Su poder y su magia, la distanciaron del propio mundo que regía, hasta que conoció a una joven de la que se enamoró perdidamente. Empezó a descubrir las emociones y terminó renunciando a su poder por el amor.

Por desgracia, la de Razivia no es una historia con final feliz. Tras renunciar a su poder, el Emperador sucesor se convirtió en una amenaza para todo lo que conocían, un carnicero del amor libre que hacía asesinar a todas las parejas que no estuvieran compuestas por un solo hombre y una sola mujer.

Razivia vio  morir a su amada y no pudo hacer nada por detenerles, porque había entregado su poder. Así que se encomendó a una vieja diosa de la venganza y dio muerte al Emperador, convertida ya para siempre en un espíritu vengador.